Clase de comunicación interna a las nueve de la mañana, publicidad internacional y relaciones humanas, clases de las que Laura ya estaba aburrida, pero que como todos los martes por la mañana le tocaba contemplar.
Hasta las dos de la tarde, Laura había aguantado del tirón, pero por fin consigue escaparse para comer en “El Carusso”, donde le espera Julio sentado al borde de la entrada mientras se fuma un cigarro.
-¡Ey hola!, ¿qué tal las clases?- pregunta Julio.
-Bien- dice Laura -¿Y tú que tal?
-Una mañana interesante, me ha llamado esta mañana Carlos y me ha dicho que...
Hablando, caminaban hacia la única mesa libre que había en el Carusso y Julio, exaltado, le contaba a Laura que por fin iba a grabar la maqueta con el grupo: Carlos, el batería, por fin había conseguido algo de dinero por su cuenta y ahora solo faltaba concretar fechas. A Julio le encantaba la idea y Laura estaba muy contenta por él.
Mientras hablaban y hablaban (aunque Laura mayormente escuchaba y observaba lo emocionado que estaba Julio), alguien se acercaba poco a poco a la mesa en la que ya estaban sentados, y con un ligero movimiento de manos, ese alguien consigue dejar una tarjeta en uno de los bolsillos de la chaqueta de Laura.
“Calle de la Victoria número 3, Madrid. No te arrepentirás de haber venido, no todos pueden entrar.”
Laura nota que algo le ha rozado y nerviosa por si le habían robado, se da cuenta de la tarjeta con el mensaje.
Por un momento, se evade de lo que Julio le estaba contando "Calle de la Victoria...". Con la cara de sorpresa característica de Laura -ojos como platos y boca medio torcida- le enseña directamente la tarjeta a Julio.
- ¡Julio, mira esto! Me lo acaba de dejar alguien en el bolsillo.
- ¿Qué es esto?
Laura recorre con la mirada todo el restaurante por si alguien podía tener un aspecto sospechoso, pero todo estaba dentro de la normalidad. Reflexiona por un momento e intenta no darle la mayor importancia.
-No sé quién me lo ha dejado en el bolsillo...bueno, da igual, sigue contándome.
-Vale, pues resulta que a Carlos por fin le han dado la beca por orfandad, después de pedirla durante dos años y esto nos dará para ir tirando con el grupo, aún se lo tengo que comunicar al resto, pero ¡les va a encantar!
"¿Y si es la invitación para una fiesta privada en el centro de la ciudad?”, pensaba Laura.
-Además, he pensado que el jueves podrían venir al piso todos, cenar unas pizzas y de paso hablar del tema- seguía diciendo Julio.
“ A ver si es una invitación de un chico y me pierdo la oportunidad de conocerlo...sería una pena la verdad”, continuaba Laura con el tema.
-Podrías avisar a Carla y Patri esta tarde para que no salieran este jueves y así nos juntamos todos, ¿qué te parece?...¿Laura?
-Sí, perdona, esto...avisaré a las dos, no te preocupes. Oye, voy a acercarme esta tarde a la calle Victoria, me asomaré a ver que se cuece por allí.
-Vale, como quieras, perdona, ¿nos apuntas el pedido cuando puedas?
-Sí, un minutito- dice el camarero.
martes, 23 de marzo de 2010
martes, 16 de marzo de 2010
Que no pare ninguno
Mientras mira a los demás, su mundo gira sin parar, ella es la chica guapa que sabe bien cuando debe sonreir y de que manera mirar.
Es una más, no usa tacones ni viste de forma llamativa, y todavía no se preocupa demasiado por su aspecto físico.
Laura, de 21 años, mantiene una buena relación con su familia, excepto con su hermano mayor, que siempre la ha visto como la chiquilla ¡que no ha querido seguir sus pasos!
Desde hace dos años, ella vive en un piso de estudiantes con dos compañeras de clase y un chico que conoce desde al guardería; pero con la que mejor se lleva es con María, una chica que vive enfrente de ellos y que se dejó la carrera de magisterio para dedicarse a vender juguetes sexuales a domicilio. A María le compensan los ratos divertidos y le encanta su trabajo.
Laura acude todas las mañanas de 9 a 14h. a la universidad Complutense de Madrid para sacarse la carrera de periodismo y algunas tardes se presenta en "La Llama", un bar en que sirven varios tipos de cerveza a elegir a la carta, el bar de la amistad le llama ella.
Los fines de semana, Laura y Jorge, un amigo de la carrera, acuden a “Delisse”. Es un pub que se encuentra a las afueras de Madrid, donde viernes y sábados por la noche trabajan sirviendo copas. Es un pub de mala muerte, pero Laura necesita sacar dinero de alguna parte para costearse los estudios.
-¡Buenos dias feas!- dice Laura como todas las mañanas.
-¡Hola simpaticona de buena mañana!- le contesta Julio, el compañero de piso.
Leche que se convierte en nata por encima después de estar dos minutos al microondas y magdalenas de las más baratas en la mesa: Laura ya ha comenzado su desayuno.
Mientras tanto, Carla se coloca sus piezas de fruta, el vaso de zumo natural y los copos de fibra sobre su mantel individual con el beso de Times Square de fondo.
-¡Ey!- Saluda Patri.
Los cuatro desayunan con tiempo para ir a sus respectivas clases: periodismo y química, aunque de esta última Julio no esté muy convencido.
Es una más, no usa tacones ni viste de forma llamativa, y todavía no se preocupa demasiado por su aspecto físico.
Laura, de 21 años, mantiene una buena relación con su familia, excepto con su hermano mayor, que siempre la ha visto como la chiquilla ¡que no ha querido seguir sus pasos!
Desde hace dos años, ella vive en un piso de estudiantes con dos compañeras de clase y un chico que conoce desde al guardería; pero con la que mejor se lleva es con María, una chica que vive enfrente de ellos y que se dejó la carrera de magisterio para dedicarse a vender juguetes sexuales a domicilio. A María le compensan los ratos divertidos y le encanta su trabajo.
Laura acude todas las mañanas de 9 a 14h. a la universidad Complutense de Madrid para sacarse la carrera de periodismo y algunas tardes se presenta en "La Llama", un bar en que sirven varios tipos de cerveza a elegir a la carta, el bar de la amistad le llama ella.
Los fines de semana, Laura y Jorge, un amigo de la carrera, acuden a “Delisse”. Es un pub que se encuentra a las afueras de Madrid, donde viernes y sábados por la noche trabajan sirviendo copas. Es un pub de mala muerte, pero Laura necesita sacar dinero de alguna parte para costearse los estudios.
-¡Buenos dias feas!- dice Laura como todas las mañanas.
-¡Hola simpaticona de buena mañana!- le contesta Julio, el compañero de piso.
Leche que se convierte en nata por encima después de estar dos minutos al microondas y magdalenas de las más baratas en la mesa: Laura ya ha comenzado su desayuno.
Mientras tanto, Carla se coloca sus piezas de fruta, el vaso de zumo natural y los copos de fibra sobre su mantel individual con el beso de Times Square de fondo.
-¡Ey!- Saluda Patri.
Los cuatro desayunan con tiempo para ir a sus respectivas clases: periodismo y química, aunque de esta última Julio no esté muy convencido.
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